Claudia Peña Paredes

Estudiante de la Maestría en Antropolgía Social CIESAS- Sureste Línea de Investigación: Espacio, movilidad y territorio

lunes, mayo 28, 2007

La transformación del medio ambiente

Las transformaciones del medio ambiente son cada vez más drásticas, dicha situación ha llevado a una lucha actual y emergente entre la naturaleza y el hombre, por un lado la creciente globalización del mercado guiada por egoísmo y avaricia de las enormes empresas han logrado severos cambios ecológicos, aunado a ello tanto la flora como la fauna a traviesan por enormes procesos de adaptación ante un nuevo medio. Dicha situación no sólo trae consigo la extinción de especies de animales y plantas, sino la presencia de enfermedades cada vez más extrañas. En este tenor, William M. Denevan presenta un interesante debate sobre los cambios en el paisaje en su articulo titulado “The Pristine Myth: The landscape of the American in 1492. La tesis central versa sobre las transformaciones que han sufrido los bosques desde la presencia de los hombres hasta la actualidad.
De esta manera inicia la explicación con la actividad india alrededor de 1492, misma que ha modificado los bosques en su extensión y composición, ya que se parte del argumente de que los factores de destrucción son la densidad poblacional y el impacto humano sobre el medio ambiente. En este sentido el autor da pie a la explicación sobre la composición de los bosques, la sabana, así como de la vida salvaje, la agricultura, la erosión de la tierra, los establecimientos humanos, todos ellos se miran como factores que han contribuido a la modificación de la vegetación. La conclusión es que el hombre es la principal causa de la degradación ecológica, pues ha interrumpido periodos de rehabilitación ecológica, así como un colapso geográfico, social y cultural, la constancia en estos impactos son cada vez más destructivos.
De igual forma, David Cleary en su artículo, Towards an envoronmental History of the Amazon presenta un estudio de caso acerca de la transformación del área del Amazonas. Por consiguiente inicia con una amplia explicación sobre los orígenes y la composición del amazonas en dos periodos: la prehistoria y la colonia. Así, el autor propone el concepto “landscape” que podría entenderse como paisaje como una forma de explicación de la transformación artificial a la que se somete el medio ambiente del Amazonas, asimismo aborda la comprensión entre las relaciones culturales de la acción social de los pobladores, en este sentido el autor argumente que desde el siglo XVII hasta el presente el Amazonas ha sido una zona llena de desplazamientos, despoblación y una recolonización intensiva que contribuye de manera directa a los cambios que ahora presenta.
Es precisamente en la época de la prehistoria cuando se da inicio a los cambios de la región, y es que los primero pobladores comenzaron a apropiarse del medio como una forma de subsistencia, de esta manera con la llegada de la agricultura la vida sedentaria da un golpe fuerte a la región. Posteriormente, la entrada del colonialismo produce otros escenarios, ya era una zona considerada del dominio portugués y español, con ello el asentamiento de los colonizadores trajo consigo no sólo cambios en el medio ambiente, sino en la forma de vida de los pobladores nativos, tales como la presencia de enfermedades hasta el momento desconocidas (viruela).
Por lo anterior, el autor que es la mano de la mano del hombre la principal causa de los severos cambios en la zona del Amazonas, pues la relación que hace siglo parecía cordial entre el hombre-naturaleza, parece que cada vez se corrompe más. Tal como sucede con un caso todavía más cercano, la Selva Lacandona, considera como una de las regiones naturales de mayor importancia para México, la selva presenta innumerables cambios en extensión y en su composición, ya que es un foco de gran interés para las transnacionales por sus riquezas naturales y minerales. Todo esto ha generado enormes desplazamiento en la región y cambios drásticos en la forma de vida de los lacandones, quienes al parecer rigen sus acciones bajo una visión globalizadora…. Tal como otras lecturas han revelado, la resistencia está presente, pero la enorme pregunta es ¿por qué el ser humano pretende un dominio hasta de su propio hábitat?... ¿globalización y progreso para quién o para quiénes?... aún me cuesta mucho trabajo vislumbrar cuál es el rumbo que estamos provocando…
Bibliografía:
Denevan,W. (1992) The pristine myth: The landscape of the Americas in 1492. Annals of the Association of American Geographers, Vol. 82: 369
Cleary, D. (2001) Towards an environmental history of the Amazon. LARR Vol. 36, No.2: 65-96.

LAS LUMBRERAS DE LA AUTOSUFICIENCIA EN EL CAPITALISMO


La exclusión social es uno de los temas más lacerantes en cualquiera de los mantos de estudio, ya sea social, política, económica, cultural, sanitaria o tecnológicamente, y aún con todas las medidas implementadas el tema no puede erradicarse. Y es que el de exclusión social es un concepto cuya utilización generalizada es relativamente reciente. De hecho, es a partir de mediados de los años ’70, y sobre todo en las décadas de los ’80 y los ’90, cuando se convierte en el fenómeno que va a focalizar la dimensión social de la crítica a la sociedad capitalista y a la globalización.
Es pues el inicio del neoliberalismo, lo que ocasionó la inversión de las posiciones estructurales relativas de los sectores formal e informal, la supervivencia informal es el principal modo de vida en la mayor parte de las ciudades del tercer mundo, trayendo como resultado, que el siglo XX se convirtiera en una época, no de revoluciones urbanas como el Marx clásico imaginó, sino en una época de levantamientos rurales y campesinos, fundamentados como guerras de liberación nacional.
Así pues, el proceso de reestructuración del capitalismo por medio del ascenso del informacionalismo, con su lógica fortalecida de competitividad económica, tiene mucho que ver con ello. Pero las nuevas condiciones tecnológicas y organizativas de la era de la información sustentan la discusión sobre el modelo clásico de ganancia capitalista.
Por consiguiente, el ascenso del capitalismo global informacional se caracteriza simultáneamente por el desarrollo y el subdesarrollo económico, la inclusión y la exclusión social. A decir de Castells, se da una “polarización en la distribución de la riqueza en el nivel global, una evolución diferencial de la desigualdad en la renta de cada país aunque con una tendencia predomínate hacia la desigualdad creciente y un aumento sustancial de la pobreza y la miseria del mundo en su conjunto, y en la mayoría –aunque no todos- de los países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo” [Castells, 1999: 110].
Y por su parte, en las ciudades, la urbanización debe concebirse como una transformación conjunta y una interacción intensificada entre cualquiera de los puntos del continuo urbano. Los actuales asentamientos poblacionales emergentes (o ciudades perdidas) son paisajes híbridos con espacios parcialmente urbanizados y desarrollados que, a decir de Gregory Guldin [citado por Mike Davis, 2004: 5], “puede ser un nuevo patrón importante de asentamientos humanos… una forma que no es rural ni urbana sino una mezcla de ambas cosas, donde una densa red transacciones ata los grandes corazones urbanos con las regiones rurales que les rodean”. Al respecto, las discusiones de los estudiosos del tema discuten si estos nuevos patrones de uso del terreno, son paisajes transitorios o nuevas especies de urbanismo intensificado.
La urbanización en cualquier parte del mundo no ha estado finalmente aparejada a la industrialización y ni siquiera al desarrollo en si mismo, contradiciendo incluso a los modelos económicos menos ortodoxos. Es decir, Instituciones internacionales como el FMI, BM, OCDE, BID presionan a los países “en vías de desarrollo” para descampesinar sus economías por medio de políticas severas arrojando a los agricultores a los barrios bajos de las ciudades o las zonas irregulares de las afueras, para subemplearse por salarios mínimos o para dedicarse a la informalidad de la piratería y/o la reventa (en el mejor de los escenarios), de modo que las ciudades perdidas se reproducen y crecen aún en contra de su voluntad. De hecho, el nacimiento de estas ciudades perdidas es mayor en los países subdesarrollados que el nacimiento de los suburbios en los países ricos. Entonces, la urbanización triunfa con su fracaso: fracasada como centro industrial, triunfadora como centro productivo.
En el mismo sentido, queda de manifiesto que el tercer mundo es como diría Ernesto Guevara, un enano deforme: con la panza henchida, las patas cortas y los brazos largos. Y es que la población urbana que crece pese al estancamiento económico de las instituciones pero gracias a la dinámica de la economía informal se debe a la presencia extrema de lo que los investigadores han etiquetado como sobreurbanización, cinturones de miseria generalmente ubicados en asentamientos irregulares que carecen de los servicios básicos o cuentan con ellos pero de manera provisional y hasta ilegal, y sin embargo, pese a lo mortales e inseguras tienen un futuro brillante ya que se estima que para el 2035 el campo deje de albergar a la mayoría de los pobres de estos países subdesarrollados, ya que, según los investigadores del “Observatorio Urbano” de la ONU advierte que en 2020, la pobreza urbana en el mundo podría alcanzar entre 45 y 50% de la población urbana total.
Como ya se ha dicho la exclusión social también, y al parecer mayormente, se da en el ámbito económico. Estas redes ubicuas y viciosas de macro-microexplotación, de ricos explotando a pobres y pobres explotando a los más pobres, han suscitado el crecimiento global de un proletariado informal, lo que representa un desarrollo estructural nunca previsto ni por el marxismo clásico ni por las profecías de la modernización. Esta enorme población de trabajadores marginados, servidores civiles que perdieron su empleo y ex-campesinos que emigraron a las ciudades realmente como una frenética colmena de emprendedores que anhelan derechos formales de propiedad y de un espacio de competencia poco reglado, pero esto hace más obvio el hecho de considerar la mayoría de los trabajadores informales como desempleados activos que no tienen alternativas pero subsisten de cierta manera o, simplemente, se mueren de hambre.
Estoy de acuerdo plenamente con R. Kurz (1997) cuando dice que ya es tiempo, después 200 años de era moderna, que el aumento de la productividad sirva para trabajar menos y vivir mejor. Para que eso suceda es preciso, de una vez, superar las contradicciones del capitalismo en dirección a la emancipación humana.

Bibliografía
Castells, Manuel (1999) La era de la Información. Economía, sociedad y cultura Vol. III, Cáp. 2, (Surgimiento del cuarto mundo)
Davis, Mike. (2004). “Un mundo de ciudades perdidas”. Este País, N° 158.

domingo, mayo 20, 2007

¿El hombre vs los animales o los animales vs el hombre?

La relación entre los animales y los seres humanos se ha dado desde tiempos ancestrales, ambos hemos establecidos conexiones no sólo de sobrevivencia sino afectivas. Sin embargo, el hombre se ha empeñado en manipular dicha relación con fines que rebasan los aspectos antes mencionados, en ese afán de control se ha encargado de un control extremo no sólo en el crecimiento de los animales tanto comestibles como los denominados exóticos, sino de una comercialización masiva de sus derivados, lo que tiene como consecuencia la presencia de innumerables enfermedades mortales para el hombre nunca antes vistas. Bajo esta visión Michael Greger desarrolla un amplio recorrido acerca del trato de hombre hacia los animales domésticos, lo que lo lleva a anunciar la emergencia de las enfermedades infecciosas.
El artículo tiene como principal objetivo mostrar las causas y los efectos de las enfermedades infecciosas en la salud de los seres humanos, a consecuencia de la manipulación de los animales domésticos. De esta manera, el autor parte de la tesis central de que son los animales los principales portadores de enfermedades antes desconocidas, así como la falta de una cultura alimenticia de la población, el poco control de los gobiernos por leyes alimenticias y la conciencia de los productores son las principales causas de enfermedades terribles. En este tenor el autor propone el término de Zoonosis para clasificar a un sin fin de enfermedades propagadas por los animales, al respecto los especialista afirman "la propagación de microbios de los animales hacia los humanos ha sido inevitable".
Por lo anterior, organizaciones mundiales especialistas en medicina han dedicado la mayoría de sus estudios en el análisis de los efectos a la salud de las enfermedades infecciosas. De esta manera, Greger desarrolla la historia de los virus en cuatro etapas o eras. En la primera se establece que las enfermedades de los humanos se han trasformado con la adquisición y domesticación de los animales. La segunda inicia con la Revolución Industrial, donde las enfermedades evolucionaron (aparece el cáncer, los padecimientos del corazón y la diabetes) y fueron nombradas "las enfermedades de la civilización". La tercera era se caracteriza por la entrada de las enfermedades de zoonosis. Actualmente, se habla de una cuarta era la cual está guiada por el desequilibrio ecológico.
Ante este escenario parecería que ninguno de los alimentos que día a día acompañan nuestra mesa son "saludables", sino todo lo contrario, existe incluso un terror (considero) acerca de la presencia de los virus, en la leche, agua, carne, pollo, en todos los animales, lo que me guía a preguntarme ¿hacia dónde vamos?.
Si bien es cierto que los controles de calidad de los alimentos es decadente sobretodo en países subdesarrollados, la mayoría de los productos provienen de Estados Unidos, quien bajo la visión de libre mercado sólo muestra interés en el aumento de capital y no de calidad de sus productos. Parece que los gobiernos han encontrado la formula perfecta para destruir a los pequeños productos. Lo que significa la entrada sin barreras de productos alimenticios de origen norteamericano. Está visión por supuesto afecta la salud de la población, lo que genera tal como el autor establece que enfermedades que parecían estar controladas como la tuberculosis, el sarampión, la salmonelosis sean hoy las enfermedades con mayor número de muertos en todo el mundo. La alarma está encendida, es cierto que uno de los principales factores de esta crisis es la globalización, pero otro actor de suma importancia es el ser humano, y tal como el autor concluye la enfermedades transmitidas por los animales, también son a consecuencia de la excesiva manipulación del medio ambiente, ya que las especies se ven en la necesidad de adaptarse a cambios drásticos del medio.
Es cierto que la solución es cambiar los hábitos alimentarios, poner atención en los alimentos que ingerimos a diario, pero mientras la conciencia del hombre no este guiada a restablecer su relación con el medio ambiente, las enfermedades continuaran su camino sin reparo. La solución es entonces el restablecimiento de los ciclos ecológicos… la pregunta es entonces ¿si el hombre es capaz de culminar su egoísmo algún día?...

miércoles, mayo 16, 2007

La salud y la alimentación: un problema mundial

No cabe duda, que la alimentación es un problema que ha existido desde hace décadas, sin embargo, con el fenómeno de la globalización los problemas se agudizan cada vez más. En este tenor, los gobiernos buscan la manera de incursionar en la nueva guerra: la alimentaria. Tal como sucede con el maíz en nuestro país, quien iba a pensar que la tortilla, el alimento del “pueblo” se iba a convertir en el menos accesible para nosotros. En este sentido David Lind y Elizabeth Barham inician la discusión sobre el papel de los alimentos transgénicos dentro de un contexto global, en especial el caso de la tortilla.
La discusión inicia con la explicación del por qué del sistema alimenticio de los seres humanos, los autores expresan el significado de la comida desde un nivel sensorial, nutritivo hasta llegar al simbólico. Bajo esta consigna, la comida étnica es uno de los sistemas alimentarios que más transformaciones han presentado, a consecuencia de la globalización. Así, la agricultura y la alimentación en los actuales debates son foco de gran interés. Y es que la globalización en términos simples se define como una extensión del poder, de las políticas neoliberales y del mercado dentro enormes escenarios espaciales, sociales y políticos. Por lo tanto, se hace hincapié en que la comida debe tener una función material y simbólica al interior de lo distintos sistemas alimenticios.
De esta manera, los autores proporcionan un marco teórico para comprender las interconexiones que se generan entre los cambios materiales y simbólicos, todo ello al examinar las relaciones entre las mercancías y las prácticas culturales de la comida. Por todo esto, proponen el concepto de “conmodificación”, el cual lo entiendo como un proceso de reconfiguración o transformación, en este caso de los sistemas alimenticios, característica principal de las sociedades capitalistas. Dicho proceso requiere atravesar por cuatro etapas: a) objetivación, b) fungibilidad, c) conmensurabilidad y d) equivalencia monetaria. Todos ellos, participan de las modificaciones en las prácticas de consumo de los sujetos.
Así, bajo esta propuesta teórica presentan la transformación de la tortilla en el contexto mexicano, a partir de cuatro etapas: era pre-colonial, era colonial, el nacionalismo mexicano y la globalización, en cada periodo el maíz y la tortilla han atravesado por distintos cambios no sólo de uso/consumo sino de transformación simbólica e incluso lingüística. Dicho proceso de transformación ha tenido como principal consecuencia la entrada en el país de los productos sustitutos, en otras palabras, de los transgénicos y, la tortilla en tal reconfiguración no ha estado exenta, pues los intereses de las grandes empresas transnacionales no es la calidad sino la cantidad.

Por otro lado, y bajo la misma dirección se ubica la discusión acerca de la importancia que cobran las políticas alimenticias en los distintos gobiernos y su incursión en la salud un tema de suma importancia, de esta manera los tratados comerciales requieren poner plena atención a los asuntos de la salud, los cuales también esta liados al contexto globalizador. Por consiguiente, Geof Rayner, Corinna Hawkes y Tim Lang han desarrollado una propuesta para fortalecer el desarrollo de políticas de salud: la primera es la necesidad de los gobiernos para fortalecer la alimentación y la salud, el segundo se refiere a la implementación de acuerdos nacionales alimenticios, el tercero es poner atención en el cambio y la promoción de políticas alimenticias, el cuarto es el desarrollo nacional de la oferta, así como la construcción de mercados en pro de alimentos saludables. El quinto, es el trabajo conjunto con la sociedad civil y finalmente se ubica la capacidad de a salud pública. Todo lo anterior con la finalidad de que los gobiernos proporcionen mejoras en los sistemas alimenticios y con ellos combatir enfermedades crónicas de la sociedad, como el caso de la desnutrición.
Las propuestas anteriores, dejan ver la importancia y la emergencia de políticas que beneficien a los sectores más necesitados de la sociedad, donde la salud se torna crucial. Sin embargo, es claro que los gobiernos, en el caso mexicano, no pone atención en las características sociales y culturales de la alimentación, y mucho menos del valor de la tortilla, más bien, guía sus acciones en función de intereses internacionales, como es sabido por todos. Es cierto que los sistemas alimenticios se han modificado en la población actual, las causas son diversas y en la mayoría de los casos tiene relaciones económicas, dichos cambios ordenan a la sociedad a carecer de alimentaciones básicos para su desarrollo. Es tiempo de poner seria atención a los focos rojos de nuestro país, donde la alimentación poco estudiada no es un estadística sino una urgencia social.

viernes, mayo 11, 2007

Espacio y Tiempo

Si bien desde pequeños aprendidos la noción del tiempo/espacio a través de su medición, es cierto que se manifiesta en el mundo social como una construcción social, que el hombre necesita para llevar a cabo la interacción social. En este escenario, Wallerstein, inicia la discusión acerca de las distintas clasificaciones sobre el tiempo, para lo cual retoma las aportaciones de Braudel quien distingue tres tipos a partir de dos elementos: la longitud del lapso del tiempo y el objeto de medición, de ahí se derivan lo siguiente: la historia de los acontecimientos o el tiempo episódico, el cual hace referencia a la medición de los eventos de la sociedad; el tiempo coyuntural se establece a partir de la repetición de los acontecimiento y, finalmente se localiza a la historia estructural y el tiempo de los sabios. Lo anterior en palabras de Wallerstein es un primer acercamiento a la concepción del tiempo, sin embargo afirma que desconoce un de los conceptos de mayor relación con el tiempo, este es el espacio, ambos conforman la realidad histórica o los sistemas históricos, entendidos como estructuras duraderas pero no eternas.
Por ello el autor establece que ambas categorías no son diferentes más bien se conjugan para dar pie a interacción social, de este manera denomina al TiempoEspacio como un solo elemento que se manifiesta como un resultado inmunemente de la crisis del capitalismo, y es que en el actual contexto globalizado las categorías de tiempo y espacio rebasan sus propias concepciones lingüísticas, más bien deben de responder a los cambios de crisis que se presentan actualmente. De ahí, que para Wallerstein el kairos es una representación de la crisis y la transición social.
Bajo esta discusión se localizan las propuestas de Manuel Castells, quien inicia el planteamiento de que el tiempo y el espacio atraviesan por una serie de transformaciones a consecuencia del nacimiento de la sociedad red. En este sentido, la hipótesis es que el espacio organiza al tiempo. Por ello, habla de dos categorías del espacio: de los flujos y los lugares. La primera de ellas responde a la enorme cantidad de flujos de información que se manifiestan en la ciudad global, se habla de flujos pues la economía mundial se rige por la presencia de las redes globales. Y es que la era de la información, las ciudades se presentan como procesos donde los centros económicos se rigen por una red global, de flujos de información. En palabras del autor, el espacio de los flujos es entonces es la organización material de las prácticas sociales en el tiempo compartido que funcionan a través de los flujos (Castells, 1999, Pág. 445). Por otro lado, el flujo de los lugares es el sitio o la localidad donde los flujos tienen forma, función y significado, en otras palabras las enormes redes globales.
Queda claro entonces que los constantes cambios actuales, guiados por el mundo global modifican las formas de interacción de los sujetos, y es que el espacio ya no se concibe como aquella localidad estática y sobre todo física. Así, la sociedad se gobierna por una inmensa cantidad de flujos, de imágenes, información, dinero, de políticas, entre muchas otras, lo anterior modifica también la noción del tiempo, de esta manera ya no puede hablarse del tiempo como sinónimo del reloj, ni de linealidad, pues una de las principales características de la sociedad red es su capacidad de transformación diaria. Por ello, Castells propone hablar del tiempo como un tiempo atemporal ya que en la sociedad red la ritmicidad de los tiempos se corta, tanto en el nivel biológico como en el social.
Tal como ambos autores afirman es necesario regresar a la comprensión de categorías que fueron impuestas socialmente, y que por tal razón poco se cuestionan. Es cierto que el tiempo y el espacio son nociones aprendidas socialmente, desde pequeños se enseñan los lineamientos para medir el tiempo, horarios para toda la interacción social, sin embargo, las características de nuestra sociedad rebasan ya estás nociones, ahora el tiempoespacio ya no pueden medirse, más bien responde a necesidades concretas de los mercados mundiales. Lo que los vuelve más abstractos y difíciles de observar, pues como bien menciona Castells, la sociedad red se guía por flujos y es ahí donde el tiempoespacio se modifican para responder escenarios virtuales.
Bibliografía:
Castells, Manuel (1999) La era de la Información. Economía, sociedad y cultura Vol. I La sociedad red. Cáp. 6 y 7
Wallerstein, I. (1998) El invento de las realidades del tiempoespacio: Hacia una comprensión de nuestros sistemas históricos. En Impensar las ciencias sociales, pág-149-163. Mexico: Siglo XXI.