Claudia Peña Paredes

Estudiante de la Maestría en Antropolgía Social CIESAS- Sureste Línea de Investigación: Espacio, movilidad y territorio

viernes, mayo 11, 2007

Espacio y Tiempo

Si bien desde pequeños aprendidos la noción del tiempo/espacio a través de su medición, es cierto que se manifiesta en el mundo social como una construcción social, que el hombre necesita para llevar a cabo la interacción social. En este escenario, Wallerstein, inicia la discusión acerca de las distintas clasificaciones sobre el tiempo, para lo cual retoma las aportaciones de Braudel quien distingue tres tipos a partir de dos elementos: la longitud del lapso del tiempo y el objeto de medición, de ahí se derivan lo siguiente: la historia de los acontecimientos o el tiempo episódico, el cual hace referencia a la medición de los eventos de la sociedad; el tiempo coyuntural se establece a partir de la repetición de los acontecimiento y, finalmente se localiza a la historia estructural y el tiempo de los sabios. Lo anterior en palabras de Wallerstein es un primer acercamiento a la concepción del tiempo, sin embargo afirma que desconoce un de los conceptos de mayor relación con el tiempo, este es el espacio, ambos conforman la realidad histórica o los sistemas históricos, entendidos como estructuras duraderas pero no eternas.
Por ello el autor establece que ambas categorías no son diferentes más bien se conjugan para dar pie a interacción social, de este manera denomina al TiempoEspacio como un solo elemento que se manifiesta como un resultado inmunemente de la crisis del capitalismo, y es que en el actual contexto globalizado las categorías de tiempo y espacio rebasan sus propias concepciones lingüísticas, más bien deben de responder a los cambios de crisis que se presentan actualmente. De ahí, que para Wallerstein el kairos es una representación de la crisis y la transición social.
Bajo esta discusión se localizan las propuestas de Manuel Castells, quien inicia el planteamiento de que el tiempo y el espacio atraviesan por una serie de transformaciones a consecuencia del nacimiento de la sociedad red. En este sentido, la hipótesis es que el espacio organiza al tiempo. Por ello, habla de dos categorías del espacio: de los flujos y los lugares. La primera de ellas responde a la enorme cantidad de flujos de información que se manifiestan en la ciudad global, se habla de flujos pues la economía mundial se rige por la presencia de las redes globales. Y es que la era de la información, las ciudades se presentan como procesos donde los centros económicos se rigen por una red global, de flujos de información. En palabras del autor, el espacio de los flujos es entonces es la organización material de las prácticas sociales en el tiempo compartido que funcionan a través de los flujos (Castells, 1999, Pág. 445). Por otro lado, el flujo de los lugares es el sitio o la localidad donde los flujos tienen forma, función y significado, en otras palabras las enormes redes globales.
Queda claro entonces que los constantes cambios actuales, guiados por el mundo global modifican las formas de interacción de los sujetos, y es que el espacio ya no se concibe como aquella localidad estática y sobre todo física. Así, la sociedad se gobierna por una inmensa cantidad de flujos, de imágenes, información, dinero, de políticas, entre muchas otras, lo anterior modifica también la noción del tiempo, de esta manera ya no puede hablarse del tiempo como sinónimo del reloj, ni de linealidad, pues una de las principales características de la sociedad red es su capacidad de transformación diaria. Por ello, Castells propone hablar del tiempo como un tiempo atemporal ya que en la sociedad red la ritmicidad de los tiempos se corta, tanto en el nivel biológico como en el social.
Tal como ambos autores afirman es necesario regresar a la comprensión de categorías que fueron impuestas socialmente, y que por tal razón poco se cuestionan. Es cierto que el tiempo y el espacio son nociones aprendidas socialmente, desde pequeños se enseñan los lineamientos para medir el tiempo, horarios para toda la interacción social, sin embargo, las características de nuestra sociedad rebasan ya estás nociones, ahora el tiempoespacio ya no pueden medirse, más bien responde a necesidades concretas de los mercados mundiales. Lo que los vuelve más abstractos y difíciles de observar, pues como bien menciona Castells, la sociedad red se guía por flujos y es ahí donde el tiempoespacio se modifican para responder escenarios virtuales.
Bibliografía:
Castells, Manuel (1999) La era de la Información. Economía, sociedad y cultura Vol. I La sociedad red. Cáp. 6 y 7
Wallerstein, I. (1998) El invento de las realidades del tiempoespacio: Hacia una comprensión de nuestros sistemas históricos. En Impensar las ciencias sociales, pág-149-163. Mexico: Siglo XXI.