Claudia Peña Paredes

Estudiante de la Maestría en Antropolgía Social CIESAS- Sureste Línea de Investigación: Espacio, movilidad y territorio

lunes, octubre 23, 2006

SINERGÍA

Coincido complementa con tu concepción acerca del término de sinergia, y es que en efecto, la palabra sinergia proviene del griego “sinergia” que significa cooperación concurso activo y concertado de varios órganos para realizar una función. De esta manera, la cooperación es la característica fundamental para que dicho término pueda funcionar.

Tal como Corning lo establece el paradigma de la sinergia ha sido empleado en un sin fin de ciencias tanto naturales (biología y física principalmente) como sociales, la antropología cuando se refiere al caso de la evolución cultural. Sin embargo, considero importante contextualizar al término sinergia, el cual tiene mayor énfasis en la Teoría General de Sistemas desarrollada por el biólogo Ludwig Von Bertanlanffy, donde se establece que un sistema es un conjunto de componentes que interactúan entre sí para lograr un propósito determinado.

“Todo sistema es sinérgico en tanto el examen de sus partes en forma aislada no puede explicar o predecir su comportamiento. La sinergia es, en consecuencia, un fenómeno que surge de las interacciones entre las partes o componentes de un sistema (
conglomerado). Este concepto responde al postulado aristotélico que dice que "el todo no es igual a la suma de sus partes". La totalidad es la conservación del todo en la acción recíproca de las partes componentes (teleología). En términos menos esencialistas, podría señalarse que la sinergia es la propiedad común a todas aquellas cosas que observamos como sistemas” (Arnold, M. Introducción a los conceptos básicos de la Teoría general de sistemas)

Por lo tanto, la sinergia también trabaja con la interacción entre los elementos del sistema para lograr un fin común, lo cual me lleva a pensar si ¿la sinergia también se forma por las contradicciones entre los mismos elementos? ¿se puede hablar de relaciones dialécticas? Yo me atrevería a decir que sí, puesto que los elementos además de interactuar manifiestan conflictos en su interior, lo que los guía a la reconfiguración del propio sistema.

Así, un grupo puede entenderse como un sistema pues ambos en su interior están conformados por elementos que les permiten su funcionamiento en la sociedad. Pero, cómo determinar si un grupo tiene o no sinergia, si hablamos sólo en cuestiones de cooperación y propósitos puedo afirmar que un grupo cuando todos sus miembros trabajan e interactúan colectivamente de forma y logran su fin determinado, entonces son sinérgicos, y cuando algún elementos no logra su función adecuada se rompe con la sinergia, esto me parece muy funcionalista, por ello reitero que la sinergia es un concepto que a mi parecer trabaja con la cooperación pero también con la contradicción de los componentes o miembros de un grupo, pues están inmersos en un contexto mutable no estático, lo que trae como consecuencia constantes cambios en las interacciones sociales.

Por consiguiente, grupos como el pueblo tsotsil o el Ejército Zapatista de Liberación Nacional son a mi consideración grupos sinérgicos, primero que nada son sistemas sociales con elementos fundamentales sistema de cargos, políticas religiosas (tsotsiles), jerarquías, estrategias de comunicación (EZLN), entre otros más que les permiten la interacción y cooperación entre los miembros para realizar cualquier tarea social, cultural y política por mencionar algunas.

Sin embargo, aún no logro vislumbrar los alcances de la sinergia en la antropología pues en cuestiones como autonomía o identidad, que hasta cierto punto se construyen bajo la subjetividad de un individuo, no logro encontrar la relación de la cooperación que bien propone la sinergia, quizá en el caso de construcción de las identidades colectivas, pero si se habla de un solo sujeto como integrar el término para que permita comprender su propio subjetividad. En conclusión, la sinergia considero es un término que al menos en la Antropología necesita de mayor explicación que la evolución cultural, sobretodo en sociedades tan complejas como las actuales.

Fuentes de consulta

Arnold, Marcelo (2002). Introducción a los conceptos básicos de la Teoría general de sistemas. Chile: Universidad de Chile
Corning, P. (1998). The Synergism Hypothesis On the Concept of Synergy and It's Role in the Evolution of Complex Systems. E. U: Palo Alto

sábado, octubre 14, 2006

El sistema y las unidades de Análisis

Sin duda alguna hablar de sistemas como unidades de análisis se convierte en algo complejo, ya que en su interior se localizan los elementos y las relaciones que le dan vida al propio sistema en un espacio y tiempo determinado. Sin embargo, considerar en las ciencias sociales una unidad de análisis como un sistema histórico, tal como lo denomina Wallerstein, o bien como un municipio, un pueblo, una etnia, etc. Me parece una postura que descuida los elementos que integran a un sistema social.

Es decir, concibo al sistema también como una entidad real, organizado internamente y de acuerdo con la Teoría General de Sistemas, existe un método de análisis sistémico que consiste en seleccionar, distinguir y relacionar cada uno de los elementos que lo componen con la finalidad de comprender su organización. De esta manera, se habla de sistemas abiertos, pues hay que recordar que se insertan un contexto sociohistórico determinado mismo que manifiesta cambios constantes, por ello, considero que el sistema histórico es el mayor el que engloba a mas sistemas tales como el: cultural, social, comunicativo y cognitivo y, cada uno de ellos presenta características particulares que le permiten funcionar y relacionarse con los demás sistemas.

Con lo anterior, me refiero a que es necesario poner mayor énfasis en la manera de nombrar a las unidades de análisis en el estudio antropológico, pues desde mi postura un sistema histórico, no es una unidad de estudio, sino el sistema más grande que envuelve a los demás. Mas bien, habría que delimitar en qué sistema se enfocará nuestra unidad, pues no es lo mismo el sistema y la unidad, porque considero que el segundo aspecto apunta un elemento particular a estudiar de un sistema determinado. Pero no por ello, los demás sistemas quedan fuera del estudio, puesto que se trata de relaciones y una unidad de análisis (cualquiera que esta pueda ser) está en intrínseca relación exógena y endógena con los demás sistemas.

De esta manera, concibo a una unidad de análisis como ese elemento espacio-temporal que pertenecen a un sistema en particular, en palabras de Wittgenstein son los ladrillos de la vida social. Así, la antropología centra la mayoría de sus estudios en el sistema cultural y social, tomando como eje al sujeto en relación con éstos, como una manera de comprender la significación de los hechos.

Por tanto, me parece que hablar que las unidades de análisis adecuadas serán aquellas que tomen en consideración las relaciones con el sistema cognitivo (el sujeto), comunicativo (lenguaje), social, cultural o referencial y el histórico, todo ello bajo la postura de cambios contextuales, pues todos están abiertos a las transformaciones espacio-temporales que se manifiestan a su interior. Así, estás unidades pueden llamarse pueblo, comunidad, indígenas, Chamula, Zinacantán, pues lo relevante no es el nombre sino identificar a qué sistema corresponde y con ello encontrar relaciones.


Así, lo planteado anteriormente y en relación con mi unidad de análisis (Wallersteien), o mi imponderable de la vida real (Malinowsky), o mi estructura de significación (Geertz), o mi ladrillo de la vida social (Wittgenstein), serán los pueblos kanjobales que residen en la Frontera Sur, cuyas características endógenas son aquellas que internamente dan forma al pueblo kanjobal, dan respuesta a quiénes son, pero en un sentido complejo, estructural. Al mismo tiempo se localizan elementos exógenos, son los que se localizan alrededor de la unidad de análisis, es decir, son las relaciones con los demás sistemas que lo rodean y al mismo tiempo la transforman.

Establecido lo anterior, la metodología de análisis de la unidad, debería estar en función del paradigma donde el investigador se va a situar para iniciar el estudio. Sin embargo, pese a la diversidad de posturas teóricas o paradigmas que rodean a la Antropología, resulta forzado guiarme por uno sólo, pues tal como señala Wittgenstein todas las perspectivas son válidas, puesto que cada uno de ellas nos ofrece distintas formas de ver la realidad. En este sentido, más bien, me refiero no a un heteroglosia, sino a una transversalidad en los paradigmas, es decir, determinar cuál aporte es el más adecuado para las tres fases metodológicas del estudio: obtención de datos, análisis de datos y presentación de datos. Todo ello con la finalidad de llegar a una comprensión de mi unidad de análisis en un contexto tan cambiante como el actual.

Fuentes de Consulta

v WALLERSTEIN, I. [1991] 1998. Impensar las ciencias sociales; Límites de los paradigmas decimonónicos. Mexico: Siglo XXI.
v Wittgenstein. L. (1992). Observaciones a la rama dorada de Frazer. Madrid: Tecnos
v Malinowski, B. (1984). Una teoría científica de la cultura. Madrid: SARPE